El «mindful eating», alimentación consciente, en español, consiste en llevar nuestra atención plena a la nutrición y aplicarlo a la hora de comer para aprender a escuchar nuestro cuerpo, sus emociones y las sensaciones que proceden de nuestros sentidos que nos permitan alimentarnos de una forma más saludable y consciente.

Se trata de saber reconocer las necesidades del cuerpo respecto a la alimentación, cuando tenemos realmente hambre o sed y no confundirlas, cuando estamos llenos y no necesitamos comer más y no dejarse llevar por señales externas como la imagen apetecible de un alimento que puede no ser saludable y que nos lleva a alimentarnos mal.

A veces las imágenes de la comida, su aroma, su textura nos llevan a comer alimentos que no son adecuados o sanos. Las emociones nos pueden cegar a la hora de comer y debido a un estado de bajón emocional comer de forma no adecuada, a deshora o en demasía, se trata de respuestas emocionales y no de una verdadera necesidad de comer que nos llevan a malos hábitos que se pueden convertir en un problema.

Es realmente importante aprender a aplicar el «mindful eating» y cuando nos sentemos a comer sólo dedicarnos a alimentarnos de forma saludable y para ello necesitamos:

  • Prestar atención para percibir todas las sensaciones, olores y texturas que percibimos de la comida mientras comemos.
  • Beber un poco de agua antes de comer ayuda a disminuir la ansiedad y también aumenta la sensación de saciedad.
  • No comer en modo automático, sino centrarse únicamente en el acto de alimentarse y tener presente las propiedades de los alimentos que vamos a comer.
  • No realizar, de forma habitual, otras tareas mientras comemos como leer, ver la televisión o entablar discusiones o diálogos que nos distraigan de la tarea que nos ocupa: alimentarnos. Se evita comer de más, comer alimentos no adecuados y tragar aire que luego nos perjudica con malas digestiones e hinchazón.
  • Comer con tranquilidad, sentado sin distracciones, de forma que podamos disfrutar de la comida y masticando convenientemente cada bocado hasta reducirlo a la textura de papilla para ayudar a una mejor digestión. La digestión empieza en la boca, que es donde se realiza la mitad del trabajo y se evitan muchas malas digestiones.
  • Ser conscientes de las sensaciones de hambre al empezar a comer y sobre todo de saciedad para dejar de comer cuando sea necesario. No hay que llenarse del todo ya que es mejor no sentirse hinchado. La sensación de saciedad suele aparecer aproximadamente a los 20 minutos de empezar a comer por lo que hacerlo con tranquilidad nos permite controlar el ritmo de ingerir los alimentos evitando comer e más al ser conscientes de que estamos llenos cuando todavía no hemos comido demasiado.

El «mindful eating» ayuda a conocerte mejor, se trata de un proceso de autoconocimiento, un estilo de vida que nos ayuda a ser más conscientes de nuestras necesidades alimenticias. Es un paso más en la línea de la práctica de la meditación que nos ayuda a mejorar nuestra salud y equilibrar nuestro cuerpo y mente.